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A través de ellas se realiza un intercambio de energía telúrica y cósmica. En las fases de inspiración (duración aproximada de 3 minutos) y de expiración (duración de dos a dos minutos y medio) se liberan diferentes tipos de energía.
Pueden presentar de 1 a 4 brazos (ramificaciones del conducto principal) o no tener ninguno. Los brazos se orientan siempre cardinalmente, tienen forma de doble rombo y pueden llegar a tener hasta 7,5 metros de longitud.
Se observa que sobre las chimeneas que emiten energía negativa crecen cactus o plantas con pinchos.
El núcleo de una chimenea mide unos 30 cm, rodeado de hasta 7 círculos concéntricos, cuyas emisiones pueden alcanzar los 6 metros.
Es la alteración telúrica más nociva para la salud. Se aconseja evitarlas a toda costa en los lugares de larga permanencia.
Cuanto mayor es su tamaño y el número de brazos más nocivas resultan.
Las chimeneas cosmotelúricas no se encuentran repartidas de forma homogénea a lo largo del planeta. Hay zonas que presentan numerosas chimeneas, mientras que en otras la densidad es muy baja.
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